Las cifras y los detalles de los teósofos y antroposofistas —en contraste con la discreción de San Pablo— revelan una ingenuidad desarmante y también una falta de sentido crítico.

La manía de los sectarios de querer fijar la fecha del Armagedón o del fin del mundo, contradice el texto categórico en el cual el Señor exlucye la posibilidad de conocer una fecha exacta para tales sucesos. Hay una tendencia a querer “conquistar” adeptos, asustándulos y, al mismo tiempo, adulándolos con el anuncio de determinados sucesos catastróficos de grandes proporciones, en los cuales se les promete que podrán participar. ¿Una habilidad inconsciente? ¿Espiritualidad mundana? ¿Fantasía?

La posibilidad de conocer la fecha exacta del fin del mundo entra en contradicción con los principios fundamentales del mundo, a saber: incertidumbre, la libertad de la fe y el retiro de Dios a misterios inaccesibles a cualquier prueba categórica.

(Traducido de: Nicolae Steinhardt, Jurnalul fericirii, Editura Mănăstirii Rohia, Rohia, 2005, p. 300)