Una puerta que nos lleva a la salvación
Es importantísima la reconciliación con todos aquellos a quienes hemos ofendido o con quienes hemos sido injustos, perdonando también a quienes nos han ofendido. Sin esta reconciliación, nuestra contrición no puede ser completa.
La contrición del corazón proviene de cuatro partes distintas, tal como el marco de la puerta de la casa está hecho con cuatro grandes trozos de madera.
1. El umbral del arrepentimiento es el examen de conciencia. Si falta este, es imposible arrepentirnos.
2. Del examen de conciencia viene la tristeza por los pecados cometidos, que es como la “jamba” o el “pilar” a la derecha del marco de la puerta.
3. Después de esto, viene la determinación de no volver a cometer el mal. Esta decisión es el “pilar” izquierdo del marco.
4. Finalmente, ponemos el dintel o travesaño, la parte superior del marco, que es la reconciliación con todos aquellos a quienes hemos ofendido o con quienes hemos sido injustos, perdonando también a quienes nos han ofendido. Sin esta reconciliación, nuestra contrición no puede ser completa.
Si practicamos estas cuatro cosas (es decir, examen de conciencia, el pesar por los pecados cometidos, la determinación de no volver a pecar y la reconciliación), como partes esenciales del marco de nuestro arrepentimiento, finalmente podremos poner también la puerta, que es la confesión de nuestras faltas.
(Traducido de: Sfântul Ioan Iacob de la Neamț - Hozevitul, Pentru cei cu sufletul nevoiaș... ca mine, Opere complete, Editura Doxologia, Iași, 2010, p. 322)