El auténtico ayuno y la verdadera caridad excluyen toda falsedad
Nuestro Señor Jesucristo nos ordenó alejar toda falsedad, no solo cuando ayunemos, sino también cuando practiquemos la caridad.
Nuestro Señor Jesucristo nos ordenó alejar toda falsedad, no solo cuando ayunemos, sino también cuando practiquemos la caridad: “Guardaos de practicar vuestra justicia delante de los hombres para que os vean; de otro modo, no tendréis mérito delante de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando des limosna, no toques la trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que los hombres los alaben. Os aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará” (Mateo 6, 1-4).
(Traducido de: Sfântul Luca al Crimeei, La porțile Postului Mare, Editura Biserica Ortodoxă, București, 2004, p. 43)