El ayuno no es algo formal y exterior
Como se dice popularmente, “carne no comemos, pero a nuestros semejantes, sí”.
En cierta ocasión, una mujer vino a buscar al padre Lorenzo, y le dijo:
—Padre, deme su bendición para dejar de comer carne.
Y él le respondió:
—Como se dice popularmente, “carne no comemos, pero a nuestros semejantes, sí”.
Algunos días más tarde, la mujer volvió para pedirle la misma bendición, pero él le dio idéntica respuesta. Poco después, las monjas del monasterio se enteraron de que aquella mujer no era capaz de reconciliarse con su nuera, quien era una persona generosa, pacífica, paciente y temerosa de Dios.
(Traducido de: Sfântul Lavrentie de la Cernigov. Viața, învățăturile și minunile făcute de Dumnezeu prin acest mare Părinte, Editura Credința strămoșească, 2003, p. 48)