Palabras de espiritualidad

Lo que implica ser parte de la Iglesia de Cristo

    • Foto: Bogdan Bulgariu

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Aprendamos a amarnos mutuamente, con sencillez, con humildad, sirviéndonos los unos a los otros con esmero…

Seamos compasivos y misericordiosos los unos con los otros, en la medida de nuestras posibilidades. ¡Seamos, también, humildes y respetuosos con todos! Muchos de nosotros estamos tan debilitados que no nos podemos mover, otros somos como la oveja perdida que ha malgastado toda su energía, y ahora espera que su Buen y Poderoso Señor venga y la lleve a hombros. Luego, ¡estemos atentos a nuestros hermanos que, por ser débiles, no se pueden mover! Seamos compasivos y tratemos de ser humides, y así estaremos encarnando a la Iglesia de Cristo. ¿Cómo lograremos esto? Evitando pensar que somos grandes, que somos los “elegidos”, el pueblo de Dios. Sí, somos elegidos, tal como cualquier persona es elegida para cumplir determinada misión o función, y no para ser honrados y exaltados. Aprendamos a amarnos mutuamente, con sencillez, con humildad, sirviéndonos los unos a los otros con esmero, y así alcanzaremos esa bendita medida que es la Iglesia. ¡Amén!

(Traducido de: Mitropolitul Antonie de SurojFăcând din viață rugăciune, Editura Sofia, p. 102)