Palabras de espiritualidad

Palabras en contra de la gula

    • Foto: Andrei Agache

      Foto: Andrei Agache

Translation and adaptation:

Del mismo modo en que el humo aleja a las abejas, así también la voracidad del hombre aleja el don del Espíritu Santo.

Todos necesitamos refrenar nuestro vientre, especialmente quienes quieren servirle a Dios. Por eso, es recomendable que comamos con mesura, porque, de lo contrario, seremos como embarcaciones que apenas pueden moverse. Porque el cuerpo necesita alimento y no empacho, nutrirse y no caer en la gula. Y es que la continencia ayuda a fortalecer el cuerpo y el alma, en tanto que la desmesura es perjudicial para ambos, afectando no solamente la salud, sino también provocando enfermedades espirituales. Aquel que se esfuerza (para Dios) no necesita comer mucho, y quien no come mucho aleja los malos pensamientos. Empero, quien come sin medida hace que en él germinen los malos deseos. Y, así como muchos leños hacen un fuego poderoso, así también la abundancia de alimentos genera pensamientos perniciosos. Ciertamente, los manjares son buenos mientras alegran el paladar, pero finalmente terminan alimentando a los gusanos. Del mismo modo en que de la tierra yerma brotan solamente espinas, también la mente del que come mucho engendra solamente malos pensamientos. El que come sin medida suele celebrar a los santos, con tal de agradarle a su propio estómago; al contrario, el austero se asemeja a los santos con su forma de vida. El que come mucho se contenta solamente con la comida. Pero debemos saber que el Espíritu Santo siente repulsión por el hombre voraz, alejándose de él. Porque, del mismo modo en que el humo aleja a las abejas, así también la voracidad del hombre aleja el don del Espíritu Santo.

(Traducido de: Sfântul Antioh, Din cuvintele duhovniceşti ale Sfinţilor Părinţi, Ed. Arhiepiscopiei Sucevei şi Rădăuţilor, Suceava, 2003, p. 36)