La Iglesia Ortodoxa ha establecido cuatro períodos principales de ayuno: el ayuno previo a la Natividad del Señor, el Ayuno Mayor, el ayuno de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y el ayuno previo a la Dormición de la Madre del Señor. Además, ayunamos los miércoles y los viernes, con algunas excepciones y en determinadas festividades.

El Ayuno Mayor es precedido por el “domingo del perdón”, cuando los parientes, amigos, sacerdotes y fieles se piden perdón mutuamente por todas las ofensas que pudieran haberse provocado. Esto tiene lugar de noche, en las vísperas de la primera semana de ayuno. Esa noche, cuando la familia vuelve a casa de la iglesia, es bueno que, junto a la regla de oraciones, se lea también la oración de San Efrén el Sirio (“Señor y Soberano de mi vida”), y que, al terminar, todos se pidan perdón.

Ayunando, se manifiesta la parte secreta del hombre: en unos podemos ver una oración fervorosa, y de esta manera se dan cuenta de los pecados que han quedado ocultos a sus ojos espirituales; en otros, lo que se revela es ira y maldad. La ira es una señal de la falta de oración o del irrespeto al ayuno. No es conveniente exagerar el ayuno, cuando se trata de nuestros hijos pequeños.

(Traducido de: Pr. Prof. Gleb Kaleda, Biserica din casă, Editura Sophia, București, 2006, p. 188)