Sobre el permiso para consumir pescado en días de ayuno
El permiso para consumir pescado es considerado un lenitivo para los fieles, por medio de la presencia de nuestro Señor Jesucristo en la Iglesia.
El Gran Tipikón de San Sabas el Santificado (439-532) menciona la existencia, ya en la antigüedad, de esta dispensa. Su significado es múltiple. En primer lugar, el permiso para consumir pescado es considerado un lenitivo para los fieles, por medio de la presencia de nuestro Señor Jesucristo en la Iglesia, así como una alegría y una celebración del Redentor. Recordemos que Cristo fue simbolizado, en los primeros siglos, con un pez; las siglas de este acrónimo, en griego, “ICHTUS”, significan “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador”. Además, hay que mencionar que Cristo eligió pescadores como Sus apóstoles, asemejando la misión cristiana con la pesca. Luego, el pez tiene un significado teológico muy importante en el cristianismo.
Los días de ayuno en los que se permite comer pescado no constituyen, de ninguna manera, un quebrantamiento del mismo ayuno. Son días de ayuno, pero con un aligeramiento; son días en los que el ayuno, asumido como sacrificio ascético, se combina con la alegría de la presencia de nuestro Señor entre nosotros.
En el período del Pentecostés (desde la Resurrección hasta el Domingo de todos los Santos), los miércoles y los viernes se ayuna, con permiso para consumir pescado. Luego, en el Ayuno de la Navidad, después de la Presentación de la Madre del Señor en el Templo, los sábados y domingos tienen también esta exoneración. Igualmente, en el caso de las grandes fiestas, cuando caen en período de ayuno (por ejemplo, la Anunciación o el Domingo de Ramos, etc.), la Iglesia permite consumir pescado, conjuntando, así, el ayuno con el consuelo.