Un arma contra los espíritus malignos
De acuerdo con las sabias disposiciones de la Iglesia, que provienen desde la antigüedad, sus hijos deben marcarse frecuentemente con la Señal de la Cruz.
Los cristianos tenemos al alcance un arma de esperanza, muy fácil de utilizar en contra del demonio y el pecado: la Cruz y la Señal de la Cruz, con la que nos podemos proteger y defender de los enemigos invisibles, malvados y pérfidos que nos atacan sin piedad, tentándonos y arrastrándonos al pecado. Siendo espíritus impuros, pueden inducir sin esfuerzo al pecado a los incautos y los incrédulos. De acuerdo con las sabias disposiciones de la Iglesia, que provienen desde la antigüedad, sus hijos deben marcarse frecuentemente con la Señal de la Cruz (además de pronunciar el Canon de la Cruz y repetir la oración: “Que se levante Dios y se disipen Sus enemigos...”).
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronștadt, Liturghia – cerul pe pământ, Editura Deisis, 2002, p. 303)