Antes de empezar a ayunar...
Para examinarte bien, deberás dirigir tu atención a los tres aspectos principales de tu vida.
«Dices que vas a empezar a ayunar. ¡Entonces, ayuna! ¡Que Dios te bendiga!
Si quieres, piensa en tu atuendo. Deja tus viejas vestimentas, porque necesitarás una nueva. Si tienes alguna que te parezca adecuada, lávala, plánchala y hazlo todo como si se tratara de un atavío nuevo. Lo que quiero decirte con esto es que es necesario que te vuelvas a analizar a ti mismo. Observa lo malo que haya en ti y arrójalo afuera, pero conserva lo que es bueno, corrigiéndolo y mejorándolo.
Insisto, dirige tu mirada a tu propio interior y examina todo lo que hay ahí.
Es incorrecto e imposible que alguien ajeno se inmiscuya en este asunto. Absolutamente nadie podría adentrarse en tu interior y analizar las obras de tu conciencia. Esto tendrás que hacerlo tú solo. Para eso, te daré algunas instrucciones:
Para examinarte bien, deberás dirigir tu atención a los tres aspectos principales de tu vida. Es decir, los siguientes:
1. Tus actividades. Todas y cada una de tus acciones aisladas que son realizadas en determinado tiempo y lugar, y en determinadas circunstancias;
2. La disposición de tu corazón y las inclinaciones específicas que hay detrás de cada una de tus acciones;
3. El carácter general de tu propia vida.»
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Viața duhovnicească și cum o putem dobândi, Editura Bunavestire, 1998, p. 160)