Palabras de espiritualidad

Cuándo se aprende a ayunar

  • Foto: Flavius Popa

    Foto: Flavius Popa

Una alimentación más equilibrada hace que el cuerpo se sienta más ligero y la mente actúe con más libertad; se favorece, también, la capacidad de hacer esfuerzos más grandes.

Si el joven aprende hoy, de sus padres, a abstenerse de consumir carne y algunos otros alimentos de origen animal, es decir, a ayunar, mañana le resultará muy fácil abstenerse de consumir drogas, tabaco, o alcohol. La lección de la abstinencia, de las privaciones que salvan el cuerpo y el alma en un momento dado, ayuda al hombre a salir avante frente a muchas tentaciones y muchas desgracias. Hay padres que dicen: “¡Es solo un niño! No puedo ponerle a ayunar, no quiero afectar su proceso de aprendizaje en la escuela”. Esto es un error, porque uno puede aprender bien, sin importar si lo que come son frutas, legumbres, pan… De hecho, una alimentación más equilibrada hace que el cuerpo se sienta más ligero y la mente actúe con más libertad; se favorece, también, la capacidad de hacer esfuerzos más grandes.

Es muy conocido aquel relato de Alejandro Magno, quien, después de haber combatido al enemigo en el desierto, se sintió desfallecer por la sed… y a su alrededor no había una sola fuente de agua. En eso, un soldado se le acercó, trayendo un poco de agua en su casco. Alejandro tomó el casco entre sus manos, vio los rostros de los soldados que le rodeaban, quienes esperaban atentos, extenuados y sedientos también, y después le devolvió el casco al soldado, diciendo: “Si yo bebo esta agua, ustedes estarán el doble de sedientos. Seamos pacientes, pues, todos juntos, porque absteniéndonos todos, venceremos”..

(Traducido de: Părintele Iustin Pârvu, Daruri Duhovnicești, Editura Conta, 2007, p.116)