El cuerpo, el alma y el ayuno
Asumir las duros preceptos de la austeridad completa o privarte de aquello que es necesario para aliviar las debilidades del cuerpo, es algo que no está al alcance de cualquiera.
Asumir las duros preceptos de la austeridad completa o privarte de aquello que es necesario para aliviar las debilidades del cuerpo, es algo que no está al alcance de cualquiera. Por eso, debemos ingerir diariamente los alimentos que nuestro cuerpo necesita, fortaleciéndolo, para que sea un amigo y no un enemigo del alma, y así la ayude a ejecutar las obras de la salvación.
De lo contrario (por causa de una abstención excesiva), podría ocurrir que el cuerpo termine extenuándose con desmesura y el alma se debilite también. Los miércoles y los viernes, así como en los cuatro períodos de ayuno principales, es bueno comer una sola vez al día, para que el ángel del Señor se acerque a nosotros...
(Traducido de: Sf. Serafim de Sarov, Viața, nevoințele și învățăturile, Editura Mănăstirea Shihăstria, 2002, p. 398-399)