el pecado de maldecir

Palabras de espiritualidad

Los misterios de Dios y nuestra necesidad de explicarnos todo

De la Ascensión del Señor no necesitamos saber más que lo que está escrito en el Evangelio: “Levantó las manos y los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos y subió al Cielo” .
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Palabras de espiritualidad

¡Piensa bien antes de maldecir a alguien!

No en vano dice la Santa Escritura: “Maldito sea el que te maldiga” (Génesis 27, 29).
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Palabras de espiritualidad

Entendiendo lo que implica maldecir a alguien

Si, por ejemplo, una mujer se burla de otra que está triste o le hace algún mal, y esta última la maldice, no hay nada que hacer.
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Palabras de espiritualidad

“¡Hey, tú! ¡Que Dios tenga piedad de ti!”

El demonio nos sugiere y nos alimenta el deseo de hacer justicia por nosotros mismos, de golpear, porque nos parece que si no golpeamos el mal, este nunca cambiará. Pero no lo golpeamos cuando lo...
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Palabras de espiritualidad

La leche, la cabra y el maligno

Al escuchar esto, la mujer se quedó atónita. Después, confesó su pecado y le pidió perdón al padre.
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Palabras de espiritualidad

La maldición de los padres puede destruir la vida de los hijos

El mayor tesoro para una persona es recibir la bendición de sus padres. Asimismo, en la vida monacal lo mejor que te puede pasar es recibir la bendición de tu stárets.
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Palabras de espiritualidad

Las palabras pueden ser el mejor medicamento para el alma

“¡Bendigan a los que los maldicen!” (Lucas 6, 28). ¡Que no broten maldiciones de sus corazones!
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Palabras de espiritualidad

No maldigas ni des rienda suelta a la ira, para no alejar el amor

Si te acostumbras a enojarte con las cosas, lo harás también con las personas, aún sin motivo alguno. Actuando así, estarás alejando el amor, y éste es, precisamente, el eje de la entera Ley de Dios.
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Palabras de espiritualidad

¡Nunca maldigan a sus hijos!

Los padres deben estar atentos a la forma en que se dirigen a sus hijos. Deben bendecirlos, no maldecirlos o regañarlos, porque el que bendice, propaga el bien, mientras que todo aquel que maldice,...
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Palabras de espiritualidad

El pecado de las injurias

Aquel niño, tartamudo, cuando insultaba resultaba tan gracioso, que todos los que le escuchaban no podían más que echarse a reír.
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