Palabras de espiritualidad

Palabras de espiritualidad

Dar alegría a los demás

Con la sal de tu alma (la paciencia) harás que todo sepa bien.
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¡Tú haz lo que puedas!

Cualquier intento de hacer más de lo que podemos nos terminará arrastrando a la desesperanza y la extenuación.
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¿A dónde acudo para sanar mi alma?

No hay enfermedad del alma a la que Cristo no quiera y no pueda sanar, con la única condición de que también el enfermo quiera recobrar la salud.
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Esto es la oración

“¡Hágase Tu voluntad, Señor! Si consideras que está bien ayudarme, ¡gloria a Ti! Y si no, ¡gloria a Ti!”.
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¡No te perturbes si caes!

Mantente firme, con valentía, y tu ángel guardían apreciará tu paciencia.
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¿Por qué se enferma mi alma?

El pecado es una lepra espiritual, que solamente el Hijo Unigénito de Dios puede sanar.
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¡No nos permitamos caer en la desidia!

Una persona ociosa es una morada perfecta para los espíritus impuros. Piensa en esto, hermano, y sálvate en Cristo.
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¿A dónde va tu mente cuando oras?

Aquel que se presenta ante cualquier monarca de este mundo y, volviéndole el rostro, prefiere entablar conversación con sus enemigos, se hace detestable para él.
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¡Te agradezco por todo, Señor!

Hay tres cosas especialmente agradables para Dios: la primera es agradecerle al Señor en la enfermedad y el sufrimiento; la segunda, la obediencia monacal y la renuncia a la voluntad propia, y la...
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Como raíces de un espino

“¿Por qué el alma prefiere inclinarse a las cosas impuras, en vez de buscar lo que Dios nos prometió en las Escrituras?”.
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Saber hablar poco y saber callar

Es mejor callar pronto, para conservar la paz.
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¡Estemos atentos a la forma en que pronunciamos el nombre de Dios!

El hombre que pronuncia el nombre de Dios en vano, no solo está tentando a su Dios, sino que también, en vez de piedad, lo que merece es el castigo. ¡Qué tristeza, condenarse con palabras santas!
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Acercándonos al otro con nuestras oraciones

Lo mejor es orar en secreto por el otro, en una oración con lágrimas y mucho amor, recordando que “orar por tu semejante significa derramar tu sangre por él”.
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Por qué decimos que todo trabajo es digno

Sea que tu labor consista en lavar los platos o en labrar la tierra, tienes que sentirte contento por ello.
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¡Avancemos firmes en el camino que hemos decidido seguir!

La firmeza en la defensa de nuestros valores hace que, tarde o temprano, nos granjeemos el respeto de los demás.
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El amor como atributo divino y señal de los cristianos

No solamente te amarán, sino también te respetarán, porque en tu rostro brillará la purísima y casta faz de Aquel a quien tú amas y adoras. 
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Quisiera ayunar, pero no puedo…

Él aprecia no solamente nuestras buenas acciones, sino también nuestras buenas intenciones.
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Una decisión que no admite tantas demoras

“Pronto dejará de llover. Con esto, el torrente empezará a menguar y, al final, podré pasar al otro lado”.
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Para que nuestra oración sea pura…

La oración pura necesita la paz del alma, pero no puede haber paz en el alma sin obediencia y templanza.
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La labor del cristiano no es sencilla, pero su recompensa es eterna

Para que no se enfríe en su interior el celo por la oración, el creyente debe mantener la atención dirigida hacia sí mismo, pensando en el estremecedor Día del Juicio.
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