Palabras de espiritualidad

Lo que necesitamos para entrar al Reino de Dios es dejar atrás nuestro orgullo

Lo que realmente necesitamos, lo que nos llevará al Paraíso, es nuestra capacidad de destruir nuestro orgullo.
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Palabras de espiritualidad

Aprendiendo a poner límites

El otro tiene “derecho” a comportarse como le apetezca, y yo acepto esa realidad, ¡pero no acepto que haga lo que quiera conmigo! 
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Palabras de espiritualidad

¿Cómo puedo devolver un poco del amor que Dios me da?

Cada vez que volvamos a casa, después de haber participado en la Divina Liturgia, invitaremos a alguien a comer con nosotros, no necesariamente un indigente, aunque eso sería lo deseable.
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Palabras de espiritualidad

La vida que viene después de la vida

Si alguien nos pregunta qué es la vida futura, podemos responder: es la continuación de la vida en esta tierra, en un mundo nuevo y en circunstancias completamente distintas.
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Palabras de espiritualidad

Cristo, Vida verdadera

A estas preguntas nos responde con claridad nuestro Señor Jesucristo, al decir: “Yo soy la Resurrección y la Vida” (Juan 11, 25).
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Palabras de espiritualidad

El ejemplo de los grandes ascetas

¡En verdad, qué sobrecogedora es la simple presencia de uno de los grandes ascetas del Santo Monte Athos! Es algo inenarrable. Con razón la literatura monástica los llama “ángeles encarnados”.
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Palabras de espiritualidad

La vida espiritual es algo que se forma desde niños

Las madres, sin forzar a sus hijos, tienen que enseñarles a orar desde que son pequeños.
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Palabras de espiritualidad

Cristo, la Vida

El Dios-Hombre es la Vida y el criterio de la Vida. Todo lo que no es Suyo es mortal.
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Palabras de espiritualidad

Dios, una presencia viva entre nosotros

Vivir a Cristo por y para uno mismo, al margen de los demás, es experimentar la inadecuación del ser humano para la vida cristiana.
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Palabras de espiritualidad

La mesura que debe guiarnos en todo lo que hacemos

Para conservar la pureza del espíritu y del cuerpo no basta con refrenarnos a la hora de comer, sino que también debemos “cultivar las demás virtudes del alma: la humildad, la caridad, la mansedumbre...
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Palabras de espiritualidad

¡Cerremos nuestra boca y nuestros oídos a toda palabra vacía!

No son pocos los que, al volver de la iglesia, después de haber escuchado la palabra de Dios o incluso después de haber comulgado con Su Cuerpo y Su Sangre, arrojan palabras vulgares y venenosas...
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Palabras de espiritualidad

¡Mantengámonos firmes e impasibles, como sólidas columnas!

Si caemos en pecado, digamos: “¡Señor mío, escucha mi clamor, te lo suplico! ¡Acepta el llanto de mi corazón!”, plenamente conscientes de que el Señor está presente y nos escucha (Salmos 15, 8)
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Palabras de espiritualidad

El cristiano rehúye la pretenciosidad y prefiere la modestia

Ruégale a Dios que te conceda la contrición y la humildad de corazón, al igual que el don de ver todo el tiempo tus propios pecados.
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Palabras de espiritualidad

Por qué es mejor ser humildes…

El hombre humilde prefiere permanecer inadvertido entre sus semejantes, pero a todos les es de provecho. Los aconseja y los ayuda, y por eso todos se alegran estando con él.
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Palabras de espiritualidad

¿Por qué somos tan ingratos con Dios?

Acuérdate de que todo lo que hay en el mundo es obra de la bondad de Dios, creado para servirte a ti.
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Palabras de espiritualidad

Restaurándonos por dentro

La contrición nos da la confianza de que el maligno puede ser derrotado.
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Palabras de espiritualidad

Esto es caminar con Cristo

No hay otro camino, sino seguir los pasos del Señor. También el ladrón crucificado a Su diestra conoció a Dios y lo siguió con toda el alma.
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Palabras de espiritualidad

¡Demostremos nuestra pertenencia espiritual, valiéndonos también de la Señal de la Cruz!

Todo lo que es marcado con la Señal de la Cruz se vuelve temible para el maligno.
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Palabras de espiritualidad

Algunos consejos espirituales relacionados con la confesión frecuente

“Oremos los unos por los otros, para que Dios nos haga dignos de la salvación y nos conceda un rinconcito de Cielo…”
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Palabras de espiritualidad

La inefable arma del ayuno

Tanto la victoria como el botín obtenido se resguardan con la misma arma: el ayuno.
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