luchar contra nuestras pasiones

Palabras de espiritualidad

Cada pasión nos aparta de Dios

Los necios e inexpertos desprecian las palabras y no quieren obedecerlas, si estas reprenden su torpeza; al contrario, quisieran que todos fueran como ellos.
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Palabras de espiritualidad

Una aparente “debilidad” que esconde una peligrosa pasión espiritual

¿Hay alguien que no sepa que la gula es la raíz de casi todos los males en esta vida?
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Palabras de espiritualidad

Una pasión que devasta nuestra alma

Todas las demás pasiones son reprendidas inmediatamente por la conciencia. La vanidad, por el contrario, pareciera causarnos cierto placer.
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Palabras de espiritualidad

Nademos contra las tormentas de las pasiones

¡Oh, qué amargo tormento espera a los pecadores! ¡Qué ira caerá sobre el alma que obra el mal, sin importar si se trata de un monje o un laico!
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Palabras de espiritualidad

Una exhortación a la lucha del cristiano

¡Fortalezcamos nuestros pies para seguir el camino del Evangelio! ¡Pongámonos los lazos de la verdadera fe y armémonos con las armas de la fe verdaera!
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Palabras de espiritualidad

El orgullo puede hacer que suframos las peores derrotas

Ahí donde no hay luz, lo que hay es oscuridad. Donde no hay humildad, lo que hay es orgullo...
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Palabras de espiritualidad

Reconocer mis faltas, para después proceder a enmendarme

Cuando nos equivocamos, se nos revela nuestro “yo” verdadero, lo conocemos e intentamos corregirnos. De esta manera, avanzamos en el buen camino y dejamos de vivir con el falso sentimiento de que...
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Palabras de espiritualidad

Otro llamado a vencer nuestro orgullo

Quien se humille y se haga “polvo y ceniza” recibirá las bondades de Dios y el don del Espíritu Santo en su alma.
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Palabras de espiritualidad

Una mente piadosa puede dominar a cualquier pasión

Tal como el cochero es quien conduce el carruaje, así también una mente piadosa es quien puede controlar y someter nuestras pasiones.
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Palabras de espiritualidad

La oración revela nuestras pasiones, y el don de la contrición las sana

No es bueno sistematizar completamente el tiempo de nuestra oración, para que esta no se convierta en una simple costumbre. Oremos fervientemente, según nuestras posibilidades.
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