la paz como virtud

Palabras de espiritualidad

La paz de Dios en el alma del hombre

¡Oh, paz de Dios, ven también a mí, que estoy tan lleno de confusión, que no conozco la belleza!
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Palabras de espiritualidad

La paz que solamente Dios nos puede dar

¡Oh, Señor, concédenos esa paz divina para nuestros corazones, y no nos prives de Tu Gracia, ni en esta vida terrenal ni en la vida eterna!
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Palabras de espiritualidad

Todos quieren tener paz, pero no saben cómo alcanzarla

“Señor, Tú puedes ver mi enfermedad. Sabes que soy débil y pecador. Ayúdame a soportar todo y a agradecerte por Tu bondad”.
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Palabras de espiritualidad

Sobre la necesidad de que haya paz y amor entre todos

Si mantenemos una relación pacífica con los demás, Dios vendrá a morar en nosotros, porque Él está allí en donde hay paz y amor entre los hombres.
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Palabras de espiritualidad

La paz que da y proclama nuestra Iglesia

Cuando la Iglesia dice: “Paz a todos”, es como si dijera: “¡Cristo para todos! ¡Cristo con todos! ¡Cristo en todos!”.
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Palabras de espiritualidad

¿Podemos evitar discutir?

Los padres egipcios afirmaban que hasta que el hombre no se queda solo con Dios —es decir, hasta que deja de interesarse por los actos de los demás—, es incapaz de tener paz.
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Palabras de espiritualidad

La paz en medio de la tormenta

No hay mejor lenitivo y nada que provoque tanto gozo, como cuando el hombre sabe mantener la calma, la paz y la buena disposición, aún cuando tiene que enfrentar los más graves problemas y las...
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Palabras de espiritualidad

El don de la paz viene cuando servimos al Señor

Si, viviendo en el mundo, el alma del hombre no tiene paz, se trata de algo normal: el mundo es incapaz de satisfacerla.
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Palabras de espiritualidad

El verdadero descanso del alma

Esto no es algo que pueda alcanzarse de una vez, en un solo día o en un año, sino a lo largo del tiempo, esmerándonos y pidiendo el auxilio de Dios.
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Palabras de espiritualidad

Pídele al Señor que llene de paz tu alma

Si le das paz a tu hermano, el Señor te dará mucha más paz. Pero, si entristeces a tu hermano, indudablemente la tristeza vendrá tarde o temprano a tu alma.
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Palabras de espiritualidad

Bienaventurados los que trabajan por la paz

“Pacificador” es solamente aquel que anda la senda de la Ley de Señor.
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Palabras de espiritualidad

“Haz paz en tu interior, y el cielo y la tierra estarán en paz contigo"

¡Pongamos esa santa verdad en nuestros corazones, porque este es el tesoro espiritual que los Santos Evangelios y los textos patrísticos nos ofrecen para la salvación de nuestras viles almas!
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Palabras de espiritualidad

Todos quieren alcanzar la paz

“Señor, puedes ver mi enfermedad. Tú sabes que soy débil y pecador. Ayúdame a soportarlo todo y a agradecerte por Tu bondad”.
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Palabras de espiritualidad

La recompensa por vencer el pecado

Nosotros, combatientes espirituales, debemos soportar primero muchas tentaciones y aflicciones.
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Palabras de espiritualidad

Si no odiamos el mal, es imposible que amemos el bien

Debemos buscar la paz, para librarnos de la guerra.
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Palabras de espiritualidad

Busca la paz y la santidad, si quieres conocer a Dios

El que está en paz consigo mismo también está en paz con su semejante y con Dios, santificándose, porque es Dios Mismo quien vive en su corazón.
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Palabras de espiritualidad

La paz espiritual es contagiosa

La paz es la fuerza superior que mantiene todo en armonía. Pero no en una armonía física, impersonal, sino en una consciente, amorosa, en la cual las personas mantienen su libertad y unidad.
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Palabras de espiritualidad

El alma abrumada por los pensamientos es como un tumultuoso océano

El alma que se tranquiliza en la conciencia de la presencia de Dios, en donde todo se ilumina, está abierta al consuelo y a la seguridad de las infinitas bondades que Él nos provee.
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Palabras de espiritualidad

Antídoto para el enojo

“El enfado es pasajero... sólo la paz es eterna.”
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Palabras de espiritualidad

¡La paz es cuatro veces más importante que tener la razón!

«Quien se acusa a sí mismo, siendo inocente, y perdona a su semejante, es un verdadero hijo de Cristo. Y aquel que no acusa a nadie, ni tampoco se acusa a sí mismo, hijo de Adán es. Pero el que es...
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