codicia

Palabras de espiritualidad

Los peligros que se ciernen sobre el alma que obra el mal

Quienes obran el mal no perciben lo atroz de su muerte espiritual, porque su entendimiento es imperfecto, pueril.
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Palabras de espiritualidad

Del origen del amor a las cosas materiales y la riqueza entre los hombres

Nuestros primeros antepasados no sabían lo que era el dinero, ni les interesaba el oro y la plata.
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Palabras de espiritualidad

¿Por qué deseas tener más, hermano?

Muchas veces sucede que, aun teniendo mucho, nos sentimos descontentos, porque desearíamos tener mucho más. Si tenemos diez, queremos doce… nos sentimos pobres, infelices.
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Palabras de espiritualidad

El precio de la codicia

Mientras corría, un pensamiento ocupaba su mente: “¡Necesito abarcar más y más terreno! Después veré cómo regreso…”.
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Palabras de espiritualidad

Ese sentimiento que carcome el corazón del hombre…

El codicioso se contenta cuando gana algo, en tanto que el envidioso solo se siente satisfecho cuando ve que su semejante no obtiene nada.
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Palabras de espiritualidad

La codicia de Judas

A Judas la codicia lo ensombreció, enturbiando completamente su alma, para que no pudiera entender quién era y qué hacía.
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Palabras de espiritualidad

La avaricia es, sin duda alguna, una forma de idolatría

La avaricia tiene como principio el falso pretexto de ayudar a los pobres.
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Palabras de espiritualidad

La codicia y su poder destructivo en el alma del hombre

El Apóstol nos lo dice claramente: “el amor al dinero es la raíz de todos los males” (I Timoteo 6, 10).
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Palabras de espiritualidad

La abismal diferencia entre el hombre humilde y el codicioso

Si el desapego es una virtud digna de toda admiración, la codicia es una de las peores maldades que hay.
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Palabras de espiritualidad

Las tentaciones y las pasiones que nos acechan

Quien no sea capaz de vencer este primer frente, no podrá librarse de las demás pasiones.
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Palabras de espiritualidad

Palabras sobre la codicia y el amor verdadero

«Si alguien les roba dinero», aconsejaba el stárets, «no se enfaden, más bien piensen que lo han dado como limosna, y el Señor se los devolverá centuplicado».
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Palabras de espiritualidad

La idolatría en estos tiempos

Los que aman el dinero, los placeres carnales y los bienes, rinden pleitesía a estas pasiones como si se trataran de dioses, poniéndolas en un lugar más alto que a nuestro Creador.
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Palabras de espiritualidad

¡Cuídate de la avaricia, hermano!

La terrible avaricia, debido a que no es innata, sino que es traída al alma desde el exterior, no conoce el cansancio ni la satisfacción; sus fuerzas no se debilitan, no se sacia jamás...
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Palabras de espiritualidad

La avaricia que nos lleva a la ruina

Nuestro única ambición es hacernos cada vez más ricos, para después heredarles nuestros bienes a los demás, que a su vez se los heredarán a otros.
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Palabras de espiritualidad

El materialismo: el principal enemigo de la felicidad humana

Aún hay en nosotros, los hombres, fuerzas ocultas y energías gratíficas, por las cuales podemos renacer y empezar nuevamente el camino al ideal de las virtudes bíblicas.
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Palabras de espiritualidad

La avaricia

Fingiendo que van a dejar sus bienes para que otros se sirvan de ellos, el verdadero propósito de los avariciosos es enriquecerse todo lo que puedan.
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Palabras de espiritualidad

Por qué debemos huir de la avaricia

La avaricia no permite que quienes la aman gocen de un estado mejor que el de los condenados a trabajar en las minas de sal.
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Palabras de espiritualidad

Contra la dejadez y la avaricia

Tal como los ríos no consiguen que el agua del mar se derrame, del mismo modo el avaricioso no se sacia jamás, aunque no deje de atiborrarse.
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Palabras de espiritualidad

¿Eres avaricioso, codicioso, avaro?

Piensa ¿quién te dio la vida? ¿Quién te da el dinero? ¿El pan? ¿Acaso no es Dios?
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Palabras de espiritualidad

La enfermedad de la avaricia y su tratamiento

Si hay alguien que no cree en lo que digo, tiene todo el fundamento para creer en lo que dice el Divino Juez, con estas palabras: “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma...
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