cómo orar

Palabras de espiritualidad

Con la oración perseverante viene el fuego de Dios

Se ha dicho que Dios, es decir, Jesús, es un fuego que arde nuestros pecados y debilidades. Por esta razón, Aquel a quien invocamos, nuestro Dulcísimo Jesús, no puede sino alegrar nuestro corazón.

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Ahí donde está la mente, está también el corazón

El lugar del corazón debe ser buscado con delicadeza: cuando la oración crezca, ella misma encontrará su sitio.

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La invocación diaria del Nombre del Señor

Cuando ores, esmérate, sabiéndote indigno de pronunciar ese Nombre que es exaltado sin cesar en Cielos y tierra por los ángeles y los hombres.

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La llama que arde en el corazón

El corazón es la mecha, la oración es el fuego, y el inenarrable gozo del corazón orante es el hálito del Espíritu Santo o la felicidad de la unión del alma con el Esposo Celestial.

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Consejo para la práctica de las postraciones al orar

Las postraciones son un auxilio para la oración, no una oración en sí mismas. La oración consiste en elevar la mente y el corazón hacia Dios.

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La oración personal: una comunicación directa con Dios

Nuestro Señor introdujo, con Su ejemplo personal, en primer lugar, la oración individual, personal.

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El bien que la oración le hace a nuestra alma

Lo que necesitamos es orar sin cesar, porque es imprescindible mantenernos en contacto con Dios.

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Las condiciones para que nuestra oración sea escuchada

Para que Dios escuche nuestras peticiones y nos responda favorablemente, es necesario que también nosotros obedezcamos Sus mandamientos y cumplamos con Su voluntad.

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La “Oración de Jesús” tiene un poder infinito

. Esta oración es como un fuego que inflama al hombre entero y lo llena de un gozo indescriptible.

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De la forma en que podemos practicar la oración

Al principio, debido a la incapacidad de nuestra mente para retener textos largos, sencillamente podemos decir: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí”.

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La oración que todos podemos practicar

Cualquier persona puede, en donde quiera que esté y en sus propias circunstancias, invocar y repetir sin cesar el Nombre de Cristo.

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Nuestro deber de orar por todos

Tienes que orar, no solamente por aquel que te ama, sino también por tus enemigos, para que puedan salvarse. Solamente así te salvarás tú.

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Algunas recomendaciones de San Nikón de Óptina

Es importante saber qué pasión nos atormenta más, para poder luchar contra ella como es debido. Para esto, cada día debes examinar tu conciencia.

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En cualquier momento podemos elevar la mente al Señor

“Ya terminé de orar. Leí las oraciones que se me prescribió leer, y ahora ya estoy libre. He cumplido con mi deber por el día de hoy”. Una oración así jamás podrá dar buenos frutos.

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¿Hay alguien que se acuerde de esta promesa del Señor?

No aman al Señor y no cumplen con Sus mandamientos. Esta incredulidad del corazón ante Dios les priva de cualquier impulso de presentarse ante Él con alguna petición.

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Cuando oramos a la Santísima Trinidad

Pedimos que el Espíritu Santo intervenga en nuestra vida, que examine nuestra existencia y nos sane de los sufrimientos en los que hemos caído por causa de nuestra negligencia, por llevar una forma...

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La mejor defensa del cristiano

La paciencia se alcanza por medio de la fe y la oración. El poder de la oración ayuda a la mente a que pueda velar y alzarse a lo alto.

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El Salterio, un pilar en la vida del creyente

Esto es el Salterio: un refulgente testimonio de la bondad de Dios, sostenido por la mano de David, como un cirio, consolando al alma rota por el pecado.

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Cuando alcanzamos el estado de la oración pura…

En ese estado de oración, el hombre se olvida hasta de su edad y de su condición social o jerárquica. Todos los detalles de la vida terrenal son dejados atrás.

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Aunque hay muchas formas de orar, una sola nos une perfectamente con Dios

Cuando en la oración se unen tanto la mente como el corazón, es decir, cuando los pensamientos de la mente descienden al corazón, con el don del Señor, se engendra la oración espiritual en su forma...

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